Y no importa si tus manos están calientes en el invierno, si no dejas que te abracen.
Solías decirme que el amor que sentías por mi, merecía un descanso, no tardaste en dárselo.
No importa que sonrías todo el tiempo si en verdad no eres feliz viviendo así.
Me pareció extraño verte correr, alejándote de todo lo que un día construiste,
podía ver la tristeza de tus ojos y las mentiras de tus labios, sin embargo no me importo.
Deje que tropezaras solo y que el dolor del golpe te hiciera reflexionar,
hoy se me hace difícil entender porque reaccione de esa manera.
Debí ayudarte cuando mas me necesitabas, me desvelaste en el sueño,
me hiciste recordar aquellas palabras, aquellas mentiras que salían de ti.
No pude ser mas fuerte, no pude contenerte en tu peor momento,
no pude soportar que escaparas de mi, dejando atrás todos nuestros besos.
Ya paso el tiempo, todos creen conocer la historia detrás de esa amargura,
nadie se acerca a preguntar porque usas armadura.
Todos me culpan a mi por las sonrisas que perdiste, las sonrisas que no vuelven,
no eres capaz de enfrentarme, no eres capaz de seguir adelante sin mi.
Y hoy estoy aquí, arrepentida por no haber sido valiente y retenerte,
angustiada por no saber que fue de tu vida hace tanto tiempo.
Hoy estoy aquí, con las mismas ganas locas de amarte y darte todo,
porque el tiempo no rompió mis ganas de luchar, ni mucho menos congelo mis abrazos.
Podrán pasar los años, podrá la vida hacer cambios en nosotros, yo voy a estar ahí...
te espere y te espero porque te quiero y porque sin vos no soy igual.
Mi sonrisa también se ha borrado y no tengo esos días de paz.
Te hice una promesa que hasta el día de hoy estoy cumpliendo...
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